Saludos a todos ya desde España!!!

Se supone que tengo que escribir unas líneas a modo de despedida, para cerrar este “diario”, que más que a diario, lo hemos escrito semanalmente… Y la verdad es que le estoy dando vueltas a la cabeza y no sé muy bien qué escribir. Escribiría tantas y tantas cosas que es difícil decidir con cuál de ellas quedarme. Antes de nada, dar las gracias a todos los que en el último día nos hicieron diferentes fiestas de despedida, la Sña. Cata y cia., las hermanas, Lourdes y sus chicos de educación especial… Es una pasada el cariño que nos habéis regalado.

Gracias a tanta gente que nos brindaron todo su apoyo incondicionalmente para hacernos sentir como en casa y que realmente lo consiguieron: Cata, Daniel, Elba, las hermanas Carmen, Teresa, Catia, Zelia y Araceli; Mario y Mari, Doris, Mirian y Persi, Nancy, Héctor y todos aquellos que nos regalaron un poquito de su tiempo, sus sonrisas y todos esos abrazos que tan bien nos han venido!!

Y gracias a Karit y en su nombre a Jose, por mostrarnos otras realidades que no conocíamos y por hacernos ver que no somos el ombligo del mundo.

Ahora que ya estamos en nuestro país, en nuestra casa, con calor, con el cielo azul y comida “tipical spanish” (y una vez pasado el famoso jet lack), podemos apreciar y pensar más detenidamente sobre todo lo que hemos vivido durante casi un mes. A veces las palabras se quedan cortas para explicar todo lo que sientes estando allí, y realmente necesitamos de las fotos para poder mostraros esos detalles que no sabemos o no podemos explicar. Qué deciros? Ha sido una experiencia enriquecedora en todos los sentidos; creo que en lugar de nosotros ayudarles a ellos, son ellos los que nos han dado un toque de atención (sin saberlo) y nos han ayudado a nosotr@s. Hemos traído la maleta cargadita de cosas, regalos materiales y sobre todo regalos no tangibles. Nos hemos acercado más a Dios y nos hemos enriquecido como personas. Llegas a casa con la sensación de no haber “hecho nada”; quizás pensaba que cogeríamos un pico y una pala y moveríamos cielo y tierra, construiríamos algo, no lo sé… y sin embargo, sin ese pico y sin esa pala se ha construido más que eso: un puente entre dos países (que ya estaba construido desde hace varios años), un puente entre muchos corazones (sin darnos cuenta, nos han robado un pedacito de corazón) y un puente entre la realidad a la que estamos acostumbrados aquí y la realidad que hemos conocido de primera mano allí. El hecho de pasear por los cerros, conversar con la gente, jugar con los niños, ver sus casas…es impresionante!! No es necesario coger herramientas para crear vínculos o puentes; Ojalá que esos puentes ya creados no caigan nunca y que esa inquietud que nos llevó a ir este año a Perú no se pierda jamás.

Con mucho cariño, nos despedimos con un “hasta pronto”;

Un besazo!!

Maribel, Salud, Jose y Ana.