



Hola a todos!
Ya estamos aquí de nuevo para compartir con todos vosotros nuestras experiencias de ayer. Por la mañana Cata y su hijo Dani nos llevaron a ver el salto del fraile, un lugar precioso donde el pacífico pinta de un color especial la costa peruana. Por la tarde, nos reunimos con las hermanas para conocer en profundidad los proyectos de Karit, y después paseamos con Mario por el cerro para ver en primera mano el resultado del proyecto de alcantarillado. Por el camino conocimos a gente muy acogedora y cariñosa como la señora Rosa y Doris. Ésta última nos invitó a conocer su casa. Lo que realmente nos impresionó es cómo la gente se preocupa por nosotras, por si tenemos frío por las noches, si comemos bien... cuando ellos viven en una situación tan precaria para nosotros, con casitas hechas de madera, la mayoría, donde la humedad acampa a sus anchas. Por último, visitamos a Roger y Norma, una simpática pareja que procede de la selva y se dedican a elaborar manualmente joyas hechas con semillas.
Un beso para todos, y hasta pronto.
"Por las calles vi a una niña tiritando de frío, dentro de su ligero vestidito y con pocas perspectivas de conseguir una comida decente."
Me encolericé y le dije a Dios: " ¿por qué permites estas cosas?, ¿por qué no haces nada para solucionarlo?"
Durante un rato, Dios guardó silencio, pero aquella noche de improviso me respondió: "ciertamente que he hecho algo. Te he hecho a tí"